EL SILENCIO COMO RECONOCIMIENTO DE LO QUE SOMOS – Yolande Duran

EL SILENCIO COMO RECONOCIMIENTO DE LO QUE SOMOS - YOLANDE DURAN

EL SILENCIO COMO RECONOCIMIENTO DE LO QUE SOMOS – Yolande Duran

Nos encontramos con Yolande en el Fairmont de San Francisco para compartir acerca del Silencio. Un Silencio  que ella descubrió (o que la descubrió a ella) de manera fulminante hace ahora unos 13 años. Desde entonces, rendida absolutamente a lo que Somos, su vida está dedicada a dar testimonio de esta real posibilidad que nos une a todos. Las líneas que siguen son una fiel transcripción de aquella  conversación a la vez divertida  y cargada de un mensaje profundo y potente. Veréis que durante el encuentro, Yolande se refiere constantemente al Silencio como siendo un hecho, como una convicción despierta y a la vez callada de lo que es nuestra verdadera naturaleza. La conversación gira y gira en  entorno al reconocimiento del Silencio, a veces de manera incluso repetitiva, lo que, como veréis, no hace más que demostrar nuestro estado de testarudez frente a la paciencia inagotable de Yolande en volver y volver.

Esperamos que lo disfrutéis.


CRIS: Creemos que para encontrarnos con  el Silencio tenemos que ir  a un lugar especial, aislado y sin ruidos. También creemos que para encontrar esta paz tenemos que hacer algo  con nosotros mismos por todo el ruido que llevamos dentro. Pero me gustaría que habláramos de tu visión del Silencio, algo que para ti, parece mucho más inmediato, más directo.

YOLANDE: ¡Oh!, qué pregunta tan complicada para empezar. ¿No tenemos algo más suave?

(silencio)

DU: ¿Qué es el Silencio para ti?

YOLANDE: ¡Uy, esto es todavía más directo!. ¿Y para vosotros qué es el Silencio?. Hablad un poco vosotros.

DU: Para mi es una ausencia de ruido exterior.

YOLANDE: No te hagas la tonta, ¿eh?. (risas)

DU: Tú te haces la tonta… Tú sabes del Silencio.

ANTONIO: Para mí el Silencio es cuando estoy en paz. La meditación es para mi también una postura que invita a la quietud mental: entrar en el Silencio es entrar en la paz de espíritu.

CRIS: Para mi hay Silencio cuando me olvido de mi: En el amor hay Silencio. Y  también hay Silencio… cuando me estoy dando cuenta, que no hay en ello ninguna mediación personal.

YOLANDE: El Silencio para mí, es este Poder que nos permite estar aquí ahora, con un nombre y una forma, hablando de  Él.

Quisiera aclarar, que no hay nada personal en la Verdad: a partir del momento en el que las palabras empiezan a referirse a la Verdad va a ser falso. O mejor dicho, dejará de haber precisión.

Entonces, si la Verdad no es nada personal, ¿qué es?, ¿dónde está?: La Verdad está antes de todo lo que se puede percibir a través de los sentidos o decir a través de la voz; ahora mismo, por ejemplo, está aquí, expresándose a través de toda la  gente en este salón. Se nos reconozca en lo que somos o no, seamos pequeños o grandes, rubios o morenos, malos o buenos, siempre está este estado invisible y de un poder inmenso que no pertenece a nadie.

La buena noticia es, que como Esto que Somos está ya aquí,  no hay necesidad de pensarlo o comprenderlo,. Es la única cosa para la que no hay que hacer ningún esfuerzo, ni siquiera por recordarla.

DU: Cuando dices que “está aquí”, ¿qué quieres decir?.

YOLANDE: ¡Está aquí!: sin este poder, no habría este otro pequeño poder (la persona) para expresar esto, no se podría hacer la resonancia de esta maravilla que es la Verdad: algo que no se deja coger por nada ni por nadie, una evidencia misteriosa, escurridiza y a su vez tan real, que no se comprende, que no se ve,  de la cual uno no se puede apropiar y que está aquí siempre.

DU: Estoy viendo a unas personas sentadas, hablando: ¿tú que ves?

YOLANDE: Yo veo la misma cosa que tú.

DU: Tú a esto le llamas Verdad y yo sólo puedo poner nombres: Yolande, Antonio, Cristina, etc. Hay un velo que yo no he descorrido y tú, sí.

YOLANDE: Está bien. Yo veo las mismas cosas que tú pero esta evidencia lo engloba todo; todo lo envuelve. Es la única diferencia.

Si quieres, podemos hacer un cuarto de hora de blablablá, pero no te va a llevar a la Verdad. Sería una manera de hacer el papel de gurú. Hay gurús que tienen la capacidad de hablar durante más de dos horas, pero no por ello vas a ser más lo que ya Eres.

DU: Yo llevo gafas, si me las quito no veo bien: ¿Tienes unas gafas para que pueda ver la Verdad?

YOLANDE: No, y… sí. A cada momento, de alguna modo, somos como unas gafas para ver, porque aunque ahora estemos compartiendo acerca del Silencio, siempre estamos hablando de la Verdad.

Puedo argumentar, poner palabras acerca de lo que Es y de lo que no es, pero como he dicho al inicio, lo más importante es este saber que no me pertenece. No puedo referirme al Silencio.

Puedo hacerlo para ayudarte a comprender y puede ser o no bonito, pero siempre quedará en algo mental. Cuando te expresas, está hablando la Verdad.  Pero lo que hay que pillar es algo que, simplemente, es un hecho: cada uno de nosotros, a nuestra manera estamos siendo la expresión de la Verdad.

Y pillar este hecho te permite  estar en paz contigo misma. Porque además, lo que hay que pillar no tiene que ver con una palabra, con lo aparente o tangible, es lo que hay antes que nada.  Lo que uno ha de pillar es lo más simple, lo más fácil, lo más cercano, dentro de todo este movimiento.

DU: ¿Y cómo se pilla?

YOLANDE: Esta es la única cosa que cada uno tiene que descubrir por si mismo y en si mismo.

DU: ¿Y no nos puedes dar una pista?

YOLANDE: La manera más simple es aceptando este hecho del que estamos hablando, sin más. Sin buscar más allá de lo que hay aquí ahora mismo. Reconocerlo y aceptarlo.

DU: Yo sólo puedo tener fe, porque como no veo lo que tú ves… .

YOLANDE: Te he dicho que vemos las mismas cosas. (risas)

DU: Vemos las mismas cosas, pero tú  ves con los ojos de la Verdad.  Yo sólo puedo tener fe para creerme que este hecho está aquí y que lo soy, en cambio mis ojos siguen viendo únicamente a  las personas que están aquí a nuestro alrededor.

YOLANDE: Mira, vamos a cerrar los ojos un momento y a sentarnos en este hecho, para ver este poder del Silencio que está aquí para todos. Esta es la Verdad; no hay más. Es lo mejor que puedo darte y a ti te toca hacer del hecho, tu verdad. Nadie lo va a hacer por ti. Nadie.

Yo he hecho de este hecho la Verdad y hacerlo me permite  nutrirla y mirar a cada instante lo que la Realidad está expresando. Hay una diferencia sustancial respecto a lo que nos nutre: si no hacemos de este hecho la Verdad, seguiremos diciendo, que mañana, o que no sabemos o que no podemos, o que no tenemos, o que queremos esto pero no aquello.

En cambio, este acto invisible que se hace en uno mismo y por uno mismo, permite que sea el hecho mismo el que nos nutra directamente, porque lo Somos. No hace falta  nutrirnos del exterior para Ser lo que Somos.

DU: Pero a ti esta verdad te cogió y se hizo.

YOLANDE: Sí, es verdad que el hecho se ha presentado y que lo acogí en toda su simplicidad.

CRIS: He perdido de vista el hecho. ¿De qué hecho estás hablando? (risas)

YOLANDE: El hecho de que esta simplicidad de Ser es la Verdad y que ésta se expresa a través del Ser que va ligado al sentimiento de  “yo soy”, a este perfume de “yo soy” que tiene la capacidad de apropiarse del cuerpo/mente. El hecho está aquí pero debido a esta capacidad de pensar que hay en los  seres humanos, nos identificamos  al cuerpo y dejamos de lado la Verdad.

CRIS: Lo contrario de este hecho tan sencillo del que hablas, sería nuestro funcionamiento como personas, que suele gestionarse a partir de lo que pensamos, creemos o imaginamos. Tú no piensas, tú miras y te das cuenta, tu ves de manera neutral, vacía, transparente.

Es cierto que en los momentos en los que estamos de desprevenidos, como cuando estamos enamorados, cuando jugamos, cuando hay un imprevisto,  momentos en lo que no tenemos el control, caemos en este Silencio. Pero después, siempre vamos a intentar comprender este hecho, que nos den más pruebas. Es nuestro modo de “acercarnos”.

YOLANDE: ¿Cuál es la diferencia entre lo que veis vosotros y lo que veo?: Hay un poder que está aquí siempre para todo el mundo, al que llamo Silencio, que es  verticalidad, que es impersonal, etc. Y por otro lado está esta capacidad de pensar, el mundo, el movimiento global e individual.

La única diferencia que hay entre nosotros es que tú, aun si estás en el Silencio, en este Hecho, en esta Verticalidad, vives haciendo un vaivén: identificándote con los pensamientos y con el cuerpo por momentos y cayendo en el Silencio, cuando meditas o te olvidas de ti; un ir y venir.

En cambio, yo estoy siempre aquí porque he hecho de este hecho, la Verdad. Eso es todo.

Así pues, este hecho está para todos pero yo he aceptado su simplicidad total mientras que tú sigues diciendo que no ves. No se trata de ver, no se trata ni de comprender ni de sentir. No se trata de nada. En todo caso, se trataría de aceptar este hecho sin para ello tener que hacer ningún esfuerzo: Es un acto invisible que cada uno hace en si mismo y por si mismo y que basta para asentarse en él.

DU: Vale. Pero es que a mi me aturden los pensamientos mientras que para ti son como nubes  pasando y a la vez, las ves pasar. En las personas, los pensamientos no pasan, se quedan. Son como duendecillos hablando entre ellos  por si solos. Te  quedas poseído por las voces de estos duendes.

YOLANDE: Si reconoces este hecho al 100×100, que lo haces del todo tuyo, quedas libre de los pensamientos. No se trata de que no haya pensamientos, éstos seguirán estando. Pero si reconoces totalmente este hecho, el resto de ti se libera. Poco a poco irán habiendo menos pensamientos de orden psicológico e irá quedando lo que es esencial. Y sobretodo, tendrás poder sobre tus sentidos,  porque  eres lo que éstos están expresando y no los sentidos mismos. Ser honesto con uno mismo es darse del todo a este acto invisible y al reconocimiento profundo de este hecho. Lo cual libera al pensamiento, a la persona. Sin más.

No es la persona la que se libera, hay únicamente un reconocimiento que te lleva a la convicción invisible, imperceptible y a su vez vivísima, de que ante todo, Eres. Y esto ocurre además, de una manera más global que personal. A nivel personal no es posible reconocerlo porque para la persona es inconcebible. En mi caso, no ha sido un pensamiento ni una voluntad individual lo que ha provocado el despertar. Es como si dentro del movimiento global ocurriera algo muy pequeño pero de una evidencia pasmosa por donde uno alcanza a reconocerse en Lo que Es. Y una vez que has tocado el reconocimiento de este hecho, cuando vuelve la persona, ésta ya no tiene el mando y poco a poco se va poniendo en su lugar y el Silencio toma el poder. Aunque la persona sigue moviéndose, uno ya no está identificado a la misma. La identificación se hará de manera natural y sin hacer esfuerzo a Eso que está aquí siempre. Y ni siquiera hace falta estar acordándose de ello. Sólo hay que dejarse llevar por esta sencillez de Ser, acompañando a la vez la complejidad del  movimiento, del “yo soy”.

CRIS: Cuando uno puede ser observador de  todos estos duendecillos y ver cómo nos hacen danzar a  cada uno su danza, entonces pasamos a la experiencia. A partir de cuando podemos observarnos parece  que se va recolocando la mirada hacia algo más auténtico, más claro y tranquilo, porque más nos vamos pillando a nosotros mismos tan calladamente, más vemos lo que no somos. Me parece que esto sería ver en uno mismo y por uno mismo.  Porque esta observación nos hace constatar las cosas como están siendo, hace de espejo de nosotros mismos a la vez que nos posibilita mirar desde la perspectiva de Lo que Somos.

DU:  Yolande, antes has dicho que pasa algo dentro del movimiento de la conciencia global que hace que se desenchufe la mente. Pero si no se produce este desenchufe espontáneo, en cuanto me pongo a funcionar, en cuanto me levanto de la meditación, empieza la persona a decirme lo que tengo que hacer. En cambio, durante la meditación, tengo claro lo que estás queriendo decir pero ante las dificultades que puedan surgir, ante mis miedos, etc. es difícil distanciarse y estar en la perspectiva del Silencio. Tú estás ahí de manera natural.

YOLANDE: Pues tienes que probar otra manera.  Para hacer de este hecho tu hecho. Has de dar con otra manera distinta a como lo has llevado hasta ahora.

DU: Vale.

YOLANDE: De manera muy simple. Sin ir a buscar ni meditación ni estados de silencio. AHORA … ahora….yo me voy a fumar un cigarrillo. (risas)

DU: Cuando vuelvas ya habré hecho….

YOLANDE: No, no… está hecho ya. No después.

DU: Es ahora.

YOLANDE: ¡Antes!

(jajajajajajajaja…  reímos todos)

¡Vamos!.

DU: Lo que te da tanta fuerza es que realmente ves aparecer el Ser .

YOLANDE: Vale. Pero tú ves igual que yo, el problema está en que te pierdes porque te identificas con tus pensamientos. Es el hecho el que ve el rol de Yolande, el de Du:  el rol de Yolande, es el de una persona llena de vicios y el rol de Du…., también es el de una persona llena de vicios; ahora se ha parado y está seria. (risas). Es sólo un rol, de verdad. Tú te tomas por el rol mientras que yo me río de esta Yolande llena de vicios que sigue hablando de algo de lo que no se puede hablar. Somos este hecho anterior a todo esto y que es el que ve.

No es un ver como se ve a través de lo sentidos, el hecho mira el papel que jugamos en la vida. Y no pasa nada si en un momento dado estás metida en tu rol o que la atención está en tu rol y que te tomas por una persona llena de vicios o por una persona seria y triste. No pasa nada.  Es como cuando eres mujer, no te cuestionas tu género cuando vas a comprar ropa interior, no necesitas recordarte a ti misma que eres mujer, sabes  lo que necesitas comprar. Igualmente, no necesitas tener que acordarte siempre de este hecho que está aquí.

La gente cree que esto ocurre de repente pero es que está ya hecho y nadie le va a quitar la Verdad que es. Y no es porque tu atención esté puesta en la persona que no estás ahí. No tiene que ver con la atención, el reconocimiento del hecho permite que no olvides que eres Eso antes de cualquier cosa que te pueda ocurrir.

DU: Además tú, físicamente,  ves el movimiento del Ser.

YOLANDE: Cuando uno reconoce este hecho como una evidencia, la atención se libera del juego exterior y se posa más atrás, como si dijéramos . Y se queda ahí.  Estando ahí la atención, uno aprende de este Silencio de manera natural y empieza a vivir a partir del mismo nutriéndose de él.  En cambio, el movimiento, lo que  para ti ahora está por delante, no se alimenta tanto. Aquello que nutrimos da sus frutos: si nutres el cuerpo, tu cuerpo está más sano (o por lo menos así lo cree la persona).

El hecho de hacer de la Verdad un hecho es un acto invisible. Uno empieza a poner atención en este punto de manera natural y a su vez éste se va poniendo en un primer plano y va viendo a partir de ahí y no a partir de la persona.

DU: ¿Desde el instante en que despertaste, has ido nutriendo el Silencio?

YOLANDE: Claro. Desde ese instante, en Agosto de 2003 la atención se queda más, en lo invisible que en lo que se ve. Lo que ha cambiado con el tiempo, no es el Silencio por si mismo sino mi manera de referirme a él, mi modo de explicarlo. El Silencio es el mismo que cuando Yolande tenía 20 años pero el hecho de  despertar da una mirada diferente respecto a la de la persona, respecto a lo que es el movimiento, pero el Silencio no cambia en nada. El Silencio no se mueve, es perfecto, completo. Lo que sí puede hacer este cuerpo, que se ha dado cuenta de que no es el jefe, es ponerse al servicio de este hecho tan desconocido. Y con el tiempo, va hablando de lo que vive. Y de lo que vive como resonancia, pero no como Silencio. Lo único que ha cambiado desde el año 2003 es que Yolande está totalmente fascinada por este poder y habla de esta maravilla cómo bien puede. Pero de nuevo, todo lo que dice Yolande no son más que migajas  de eso que somos.

CRIS: Cuando dices nutrir el Silencio, ¿a qué te refieres?.  Desde que descubriste tu verdadera naturaleza, tu atención está allí puesta. Los pensamientos se han marchado de tu casa, aburridos. ¿Qué puedes decirnos de cómo es la contemplación?, ¿cómo ocurre?, ¿cuál sería la disposición para atender a eso invisible más allá de lo que vemos en las apariencias?

YOLANDE: Yo diría que reconocer este hecho de Ser lo cambia todo. Insisto en que cada cual ha de  hacer por uno mismo y en uno mismo este reconocimiento de lo que Es. Y punto. Porque entonces, de manera invisible, natural, ocurre como un vuelco que cambia nuestro posicionamiento respecto a los pensamientos y a la visión. Porque el hecho de dar este paso hacia atrás,  te pone antes de los pensamientos. Y, ¿qué hay antes de los pensamientos?: o que hay es el Ser que vive y se expresa. Este paso atrás hace que seas primero un sentir y no un pensar.

CRIS: ¿Un sentir como sentimos habitualmente?

YOLANDE: Es más bien un captar, una percepción de este poder, de esta energía a la que llamo Silencio y que está antes del pensamiento. Por otro lado, el pensamiento no puede no estar aquí. Pero lo interesante es que uno ha pillado este hecho anterior al pensamiento: se hace una percepción natural y ves que ésta es anterior y que a su vez va ligada al “yo soy” (este cuerpo/mente, etc.). Una vez que este hecho se reconoce a fondo, empieza la claridad. Puede que al principio haya algo de confusión, pero llega el momento en el que se hace un equilibrio. Cuando se vive en esta percepción/sentir queda muy poco espacio para las tonterías: pensamientos de querer esto o aquello, lo que a uno le gusta, etc.. Es decir, sí llegan pensamientos pero reposan en su lugar y ya no nos dominan. El hecho de Ser pasa a ser el jefe.

CRIS: De la misma manera que los pensamientos son consustanciales a la persona, el ver es consustancial al Ser. ¿Cómo es esta aproximación a las cosas desde la mirada que no se piensa?.

YOLANDE: El Ser es igual para una tortuga, un perro o nosotros. El Ser no hace diferencias y los animales tampoco las hacen: Es  el instante mismo el que decide si el león se zampa un venado o no. Lo que separa, lo que diferencia, es esta capacidad de pensar que tiene el ser humano y que no hay en ningún otro ser vivo. Cuando te reconoces en lo que eres no va a cambiar nada sólo que la mirada se va afinando, te vas dando cuenta más y más de cómo son las cosas, uno puede adentrarse en ellas porque hay una capacidad mayor de una atención limpia, abierta sostenida y que no sabe nada. Y vas aprendiendo de este lugar tan desconocido.

Hemos de comprender que la diferencia sólo ocurre cuando llegan los pensamientos. Si has comprendido que eres un Ser antes que los pensamientos, entonces éstos se liberan. Seguirán yendo y viniendo pero estarán en su lugar. Además, tengamos claro que la naturaleza de los pensamientos es precisamente la de hacer diferencias. Así que aún habiendo hecho este reconocimiento es probable que sigas haciendo lo que tienes por costumbre de hacer, pero libre respecto a los pensamientos. Irás siendo lo que Eres dejando de ser lo que no eres: en lo invisible (y no en las apariencias) dejarás de ser lo que crees ser.

Y ¿qué pasa entonces?: pues que te das cuenta que estás donde has estado siempre. Nada más. Este hecho te va nutriendo de tal manera que todo se va haciendo más y más claro. El verdadero camino no se ve con los ojos porque se hace en ti y por ti. Por eso no hay que esperar a mañana, hay que reconocer este Ser como un hecho, ahora y ver qué pasa. Sin ninguna complejidad, sin necesidad de hacer esta disciplina o seguir aquella práctica o deshacerte de nada. Puedes seguir haciendo lo que te guste: puedes seguir meditando o ser monje zen, etc., ¿Por qué no?.

Sólo hace falta ver que no eres el papel que juegas en tu vida sino el Ser que está antes. Y desde aquí vamos para adelante con la vida, ayudando a  esta persona Yolande o Du o Cristina, a cumplir su proceso hasta el final. Y automáticamente, la atención se pondrá donde tenga que estar.

Los tres milagros de Nisargadatta hablan precisamente, de ocuparnos de los tres milagros que hay en cada uno de nosotros: primero, tengo la capacidad de ver el mundo. Esta capacidad de pensar y de identificarse con el pensamiento, el animal no la tiene. El animal es un ser llevado por el instante presente. El Ser se expresa de manera natural hasta que empezamos a hablar y de pronto: ¡Pum!,  quedamos identificados con esta capacidad de pensar, con el propio cuerpo. A partir de ese momento por ejemplo, el pensamiento empieza a hacer la diferencia entre el padre y la madre. Pero como tenemos esta capacidad, pues es natural que la vivamos. Este hecho no ha cambiado en mi pero sí se hizo el reconocimiento  de este hecho en menos de un instante y es el segundo milagro del que habla Nisargadatta: el mundo que veo está contenido en esta minúscula mancha de conciencia que yo soy. No hemos de perdernos en cómo se ve o cómo no se ve a partir de esta mirada, hemos de pillar esto de una vez y lanzarnos. En ese instante más rápido que un guiño de ojo y sin dejar ninguna huella, uno reconoce este hecho de Ser.

Cuando uno va reconociendo este hecho de Ser se posiciona antes de la capacidad de pensar y está ocupándose de este segundo milagro. Y cuando se reconoce este hecho nos queda el tercer milagro, que es la aparición del Ser a partir del no-Ser. Todo el mundo puede entender esto pero no queremos darnos cuenta: el Ser va de la mano del “yo soy” cuando aparece el estado de vigilia. Cuando dormimos el “yo soy” pierde la conciencia pero el Ser sigue ahí  y queda entonces en un  no-Ser porque  en cuando dormimos no hay esta conciencia de Ser. Y tú eres este hecho que descubre esta maravilla a la que llamamos movimiento, existencia, manifestación, mundo y que se despierta con el “yo soy”, cada mañana poniéndose por encima del Ser, en un movimiento que gira y gira de esta manera hasta que el proceso se acabe.

Esto no se te olvida nunca. Puede que haya momentos en los que Yolande quede absorta en Yolande, donde la atención  no esté puesta en esta claridad pero no es por eso que esta Luz, esta Paz, este Amor dejan de estar aquí. Para mi es algo tan evidente que no necesito recordármelo a cada momento. Nadie me puede quitar este hecho, ni la mismísima Yolande.

La visión lo hace todo. Desde el momento en el que uno reconoce este hecho, se va instalando también la convicción. Y ves que el Silencio, el misterioso desconocido, te ha enseñado tanto, que nadie puede quitártelo. Ni siquiera la mente, cuando  a veces quiere comprender más y captar más; pero, pobre, es su naturaleza, ¡cómo no la voy a dejar hacer!. Estar claro consigo mismo es precisamente  ser capaz de  distinguir entre la naturaleza de lo que creo ser y la naturaleza de lo que Soy, lo cual te deja además en un equilibrio supremo donde deja de haber confusión. Puede que a nivel de la persona haya momentos de confusión como parte de su naturaleza,  pero no será nunca una confusión con lo que Soy, el Silencio. Todo esto se va aprendiendo mientras uno vive de manera normal: te das cuenta… te das cuenta. Pero para ello hay que dar este paso invisible hacia atrás y tener esta convicción sin esperar a que alguien venga a decirte lo que es o no es el Silencio o que tu mente tenga que reconocértelo (porque además nunca te lo reconocerá).

El papel de Yolande en esta vida es el de disfrutar de la misma en toda su libertad y el papel de mi Yo profundo es el de estar atento al papel de Yolande.

DU: ¿Y ahora, la persona de Yolande está más libre que antes para disfrutar de la vida?

YOLANDE: La Yolande de ahora está libre y la Yolande de antes estaba totalmente perdida. Ahora Yolande está libre y veo a Yolande, libremente: Yolande tiene todas sus cosas buenas y malas pero Yo veo a esta persona, dejándola ser como es.

ANTONIO: ¿Qué quieres decir con libre?

YOLANDE: Libre quiere decir que puede ser imperfecta, puede estar llena de vicios.

ANTONIO: ¿Te refieres, sin culpa?

YOLANDE: Sin culpa, porque esta pobre Yolande no tiene el control de lo que ocurre; ella está expresando un camino del Silencio, el cual tiene miles de caminos, ¿sabes?. Y expresa el camino que tiene que expresar. Ella lo hará bien o mal, pero no puede hacerlo mejor de lo que ya lo hace: Yolande está libre, pero no está libre de hacer lo que quiera. Libre quiere decir, haber visto que no está libre.

ANTONIO: ¿Hemos de dejar que este rol se manifieste sin intervenir, sin querer crecer o mejorar, sino aceptándonos tal como somos?. ¿Habría que dejar de preocuparse, de hacer esfuerzo por mejorar a la persona y dejarse ir?.

YOLANDE: Creo que lo más importante es el reconocimiento del hecho de Eso que Somos realmente, de verdad . Es decir,  dejar de ser lo que no somos y Ser simplemente lo que Somos. Y aunque es un acto invisible, el entender este reconocimiento es lo más importante porque a partir de aquí vas a tener suficiente claridad para ver que el esfuerzo que estás haciendo como persona no puedes dejar de hacerlo, ésta seguirá queriendo ser mejor, etc. porque hace parte de su naturaleza. El reconocimiento de lo que Tú eres en realidad,  este hecho que es el núcleo de nuestra conversación, hará que a través de la Verdad o del Silencio vayas descubriendo que no hay libertad a nivel individual,  no hay libertad en lo que se refiere a la expresión de nuestro rol en la existencia, de nuestro cuerpo. Este descubrimiento no cambiará  la naturaleza del pensamiento o de la persona, que seguirá  haciendo las cosas como bien pueda. Con este reconocimiento descubres que la libertad está en hacer lo que llega a ti como persona, con el papel que estés haciendo en la vida, con tus circunstancias, tus condicionamientos, etc.: todo esto ha llegado a ti,  sin pedirte permiso, por decirlo de alguna manera. La naturaleza de la persona es la de hacerse historias, creer que hay que hacer esfuerzo por mejorar su conciencia, querer cambiar el mundo, etc. pero yo no lo veo así. Lo que veo es la Realidad y la realidad es que no tengo que mejorar nada porque estamos ya completos: Soy la Conciencia y ésta es perfecta. Esta Conciencia también se expresa a través de nuestra capacidad de pensar: creernos que somos un cuerpo, una mente, unos sentidos, etc. y bueno, vamos a acompañarla. La cosa es: o bien eres el cuerpo/mente o bien eres la Conciencia. No hay otra. ¿Reconoces el hecho de que eres la Conciencia?, ¿nutres este hecho o en cambio nutres al cuerpo/mente? (y cuando digo nutrir, no me refiero a dejar de darle de comer). Y si no eres este cuerpo, ¿qué estás nutriendo?: lo que Eres, la Conciencia. ¿ Y qué haces?: pones conciencia en todo lo que haces. Y no es por esto que Yolande se va a convertir en una santa pero como es Conciencia no le hace falta hacer esfuerzo para estar plenamente  en todo lo que hace.

Cuando te reconoces como Conciencia, de verdad, sin confusión, te das cuenta de todo el juego y del hecho que ya no hay nada que hacer porque todo está en Ti. A  cada persona identificada con los pensamientos de ser este cuerpo le toca darle la vuelta para poder ser la Conciencia y descubrir la Verdad y la Realidad. y dejar de estar atrapada en el vaivén, en la dualidad. Pero no vas a cambiar nada de lo que es movimiento.

DU: Entonces ¿por qué hablan siempre las distintas tradiciones de  la moral?: portarse bien…

YOLANDE: Sencillamente, porque esto ha sido dicho por el hombre. Lo ha hecho el pensamiento de unos hombres. Y de lo que se trata es de ser lo que no nos separa, lo que no hace diferencias y eso es este Silencio, este Ser que está expresándose continuamente bajo un sinfín de formas.

DU: ¡Qué fácil y liberador parece cuando hablas, Yolande!  hasta incluso la persona se quiere rebelar…

YOLANDE: Sí. Pero de verdad que este tan fácil que me gustaría mucho que lo intentes de manera verdadera, teniendo confianza  en lo que te digo, aunque tu persona de vez en cuando me cuestione. ¡Inténtalo!. Porque después te dejarás llevar por lo que Es y no hay esfuerzo que hacer.

Me parece que hemos tenido una buena conversación. He intentado quedarme lo más cerca de la Verdad, de lo más importante, para hacerte comprender que es tan fácil que no se necesita ninguna acción de sufrimiento ni de esfuerzo. Es lo que hay antes y que quizás no te has atrevido a ser de manera constante. Y esta es la diferencia. Incluso sentirlo ya es demasiado: hay que reconocerlo sin que pueda dejar huella. Quiero decir: sin verlo, sin sentirlo, sin comprenderlo, sin pruebas, sin nada.

ANTONIO: Siempre que hablamos me quedo con que tú has vivido una experiencia que ya estaba dentro de tu programa como Yolande, como ser encarnado en esta vida y que donde iba incluido  el potencial de iluminarte. En un momento determinado ese potencial en ti se ha realizado sin dejar rastro. Pero en general,  en las acciones del ser humano  media la voluntad, el deseo o una simple pincelada de pensamiento infinitesimal que deja huella y por ello no se produce la experiencia de despertar.  En esta encarnación ya estaba en tu programa el despertar y ocurrió sin pensamiento, sin intención, sin juicio y por eso tampoco dejó huella. Pero si no está en el programa de uno, no hay iluminación. Puede haber una tendencia, la suerte de un encuentro como el nuestro y que sea una semilla para la siguiente encarnación, pero no nace como en tu caso de una experiencia poderosísima que se dio así de pronto, como una revelación.

DU: Como dice Nisargadatta, a cada árbol le llega en su momento, la floración…

ANTONIO: La suerte que tengo de poder estar contigo y escucharte porque aunque sólo sea con el entendimiento, veo la coherencia y veo que es así. Si me tiene que llegar el despertar ya me llegará pero el haber podido compartir esta sabiduría que expresas es ya en si, un tesoro.

YOLANDE: Tienes razón cuando dices que para el ser humano el poder compartir momentos como éste, son un tesoro pero de lo que se trata no es de alcanzar la iluminación sino de ser Eso que ya Somos todos, ahora.

Las apariencias poco importan, de lo que se trata es de Ser. Es verdad que cada árbol florece a su ritmo pero antes que eso, cada árbol nace de una semilla donde ya están incluidos todo su potencial, su vida completa. Hasta la última información acerca del árbol están inscritos antes de que nazca con una precisión increíble.

Y aquí vamos a parar.

Ser sin más: ¡Qué poderoso!. Todo lo que pasa después son historias. En cambio el Ser es el que ama de verdad porque no hace diferencias y todos y cada uno de nosotros lo somos. Después surgirá el “yo soy” , esta capacidad de ser… un iluminado o un sabio, un bandido, un perro, un árbol, etc. pero todo ello está dentro de  la pequeñísima mancha de conciencia que yo soy y son historias. Mientras que el Ser es siempre anterior a la historia personal de cada uno. Tratemos de reconocer este simple hecho de Ser en vez de pretender ser “algo”.

YOLANDE DURAN

www.yolandeduran.com

Foto: Cristina Rodés